sábado, 30 de agosto de 2014

Lectura 8 - I Ching (Hexagrama 22: La Gracia)

I Ching
(Hexagrama 21: La Gracia)

I Ching significa “Libro de las mutaciones” y es considerado desde hace cerca de tres mil años, uno de los Cuatro Clásicos Chinos, por lo tanto se trata de uno de los cuatro libros fundamentales para comprender la sociedad china y sus complejas formas de pensamiento. A diferencia de los otros tres, que tratan preceptos éticos e historias legendarias, el I Ching es un oráculo, es decir, un libro para adivinar el futuro. Sin embargo, el futuro entre los chinos tiene un significado distinto del que tiene en Occidente: mientras que en la cultura occidental es concebido como un destino inevitable, para los chinos es una posibilidad sobre la cual puede actuar el hombre a su favor cuando se comporta sabiamente.
            La realidad, de hecho, es concebida entre los chinos como un cambio permanente: lo único seguro es el cambio, el universo nunca se mantiene igual. Para consultar el oráculo, los chinos antiguos utilizaban varas de milenrama (una planta medicinal) y hoy en día se utilizan tres monedas lanzadas al azar. Con cada tiro se van dibujando líneas, que cambian según la posición de la moneda, hasta formar un orden de seis líneas que en conjunto representan una figura simbólica (hexagrama).
            A partir de esta figura simbólica, compuesta de dos conjuntos de tres líneas, se realiza una interpretación poética. Generalmente, por la naturaleza de la tirada al azar, se forma una figura más: ambas figuras se complementan. La primera representa al hombre en el estado presente, y la segunda, la posibilidad del futuro.
            Pues, para los chinos, el único modo de saber qué nos depara el tiempo, es conocer exactamente nuestra posición en el aquí y el ahora.


Hexagrama 22: La Gracia





El hexagrama muestra el fuego que nace de las secretas profundidades de la tierra y arde iluminando la montaña y lo alto del cielo, revistiéndola de belleza. La gracia, la belleza de la forma es necesaria para que toda unión sea armoniosa y amable y no caótica y desordenada.

EL JUICIO:

“La gracia tiene éxito. En asuntos pequeños es favorable emprender algo”.

La gracia trae éxito. Sin embargo ella no es esencial para los asuntos fundamentales, sino un ornamento que debe ser usado con parsimonia en las cosas pequeñas. En el trigrama inferior, el fuego, una línea débil se mete entre dos líneas fuertes y las hace bellas; pero las líneas fuertes son la esencia, la línea débil es la forma que embellece. En el trigrama superior, la montaña, la línea fuerte aparece en la cumbre, en un lugar determinante, de tal manera que aquí todavía ella debe ser considerada como el factor decisivo. En la naturaleza el sol ocupa una posición fuerte y la vida del mundo depende de él. Pero la posición fuerte del sol está rodeada de la luna y de las estrellas que alternan graciosamente con el. En la vida humana, la belleza de la forma aparece cuando los caracteres fuertes como montañas se hacen agradables por una clara belleza. Contemplando lo que ocurre en el cielo llegamos a comprender la época y las exigencias cambiantes. La contemplación de las formas en la vida humana confiere la posibilidad de moldear el mundo. 

Nota: El hexagrama muestra la belleza en reposo. Adentro claridad y afuera quietud. Es la quietud de la contemplación pura. Cuando el deseo se calla y la voluntad se reposa, el universo se revela como Idea en las apariencias. En tanto que tal eso es bello y sustrae al combate por la existencia. Es el mundo del arte. Pero, en definitiva, la contemplación por ella sola no pone la voluntad en reposo. Esta se despertará y toda la belleza habrá sido solamente un momento de exaltación pasajera. Por eso es que la belleza y la gracia no son verdaderas vías de liberación. En consecuencia, Confucio se sintió muy molesto cuando, consultado el oráculo, obtuvo como respuesta “la gracia”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario